Las aseguradoras deben actuar con proactividad ante el riesgo climático

El cambio climático está transformando el panorama global del riesgo: los fenómenos meteorológicos extremos y las catástrofes naturales (NatCat) se han convertido en uno de los riesgos económicos más significativos a nivel mundial. Ante esta realidad, las aseguradoras deben actuar con proactividad y buscar la manera de aumentar el aseguramiento en regiones vulnerables. En este sentido, las aseguradoras pueden reforzar la resiliencia de sus clientes mediante inversiones a largo plazo y soluciones a medida, como las cautivas y los productos de responsabilidad ESG.

Melanie Fischer, analista de riesgos naturales y de GIS/Datos en HDI Global,  explica cómo las aseguradoras pueden ayudar y analiza los 4 factores principales de riesgo.

Considera que los factores socioeconómicos son el principal motor del incremento en las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales. El crecimiento de la población, el aumento de la prosperidad y la rápida urbanización están concentrando activos valiosos en zonas de alto riesgo, lo que amplifica la exposición a los peligros naturales. Las catástrofes naturales pueden frenar significativamente el desarrollo económico de regiones enteras, poner en peligro empleos y debilitar la infraestructura local a largo plazo. En los países con baja penetración del seguro, estos eventos agravan aún más las desigualdades sociales.

Pone también el foco en los llamados "riesgos secundarios", como las inundaciones, los incendios forestales y las tormentas convectivas severas, que ocurren con mayor frecuencia que los grandes desastres y suelen generar siniestros individuales más pequeños. Sin embargo, su impacto acumulado es considerable. En 2024, los riesgos secundarios representaron más de la mitad de todas las pérdidas aseguradas por catástrofes naturales en el mundo.

Sobre fenómenos meteorológicos como El Niño–La Niña afirma que  afectan la frecuencia e intensidad de las catástrofes naturales, configurando así las tendencias globales de pérdidas. Atribuir con precisión eventos extremos individuales a patrones climáticos específicos, así como cuantificar la influencia del cambio climático, sigue siendo un reto.

No obstante, el aumento de las temperaturas globales incrementa el riesgo y la magnitud de los peligros naturales, elevando el potencial de pérdidas. Aunque las pérdidas directamente atribuibles al cambio climático aún son modestas, algunos estudios proyectan que, hacia mediados de siglo, podrían representar un porcentaje de dos cifras del PIB mundial.

Se reduce la brecha de protección a nivel mundial

Pese al incremento de las pérdidas, la penetración del seguro sigue siendo baja en muchas regiones. En 2024, las pérdidas derivadas de catástrofes naturales superaron los 300.000 millones de dólares, de los cuales solo el 40% estaba asegurado. En el lado positivo, la proporción de pérdidas aseguradas está aumentando gradualmente, y la brecha de protección —la diferencia entre las pérdidas económicas totales y las pérdidas aseguradas— se está reduciendo.

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