Grupo Aseguranza

inicio
03 de enero
13:52 2025
Compartir

Hiscox: Cómo las pymes españolas pueden convertir desafíos digitales en ventajas competitivas

La digitalización no solo es el futuro, sino también el presente. No obstante, parece haber perdido protagonismo entre las pequeñas y medianas empresas españolas. Según nuestro II Informe de Pymes y Autónomos 2024, sólo una de cada tres pymes tiene previsto adoptar medidas para digitalizarse a corto plazo, postergando así una transformación que no solo mejora su competitividad, sino que además asegura su supervivencia en un mercado cada vez más globalizado y exigente.

Además, otros indicadores preocupantes que evidencian esta pérdida de protagonismo son la visión limitada del futuro, ya que casi la mitad de las pymes españolas no cuenta con una estrategia digital definida, y la drástica reducción del presupuesto que las pymes destinarán a la digitalización en 2025, pasando del 18% en 2022 al 12,6% en 2025, según el mismo informe. Tal y como se puede observar, en un contexto donde los avances tecnológicos dictan las reglas del mercado, esta realidad no solo evidencia una clara despreocupación, sino también un retroceso respecto a los avances logrados en años anteriores.

La resistencia de las pymes españolas a la transformación digital tiene raíces profundas que van más allá de la mera falta de recursos. Esto incluye la percepción errónea de que la digitalización es un lujo reservado a empresas más grandes y, por ende, con mayor capacidad económica, así como la falta de liderazgo digital dentro de las organizaciones. Muchos responsables de estas empresas no cuentan con un equipo especializado en la materia y, mucho menos, con la formación e información necesarias sobre las distintas soluciones tecnológicas existentes y sobre cómo impulsar un cambio estructural.

La implementación de estrategias digitales sostenibles también se puede ver afectada debido a la percepción de complejidad en los procesos de digitalización –como la migración de datos o la integración de nuevas tecnologías–, así como la priorización de las operaciones del día a día por encima de la inversión en proyectos a largo plazo. Este enfoque cortoplacista, a su vez, también se ve influenciado por una aversión al riesgo, ya que muchas pymes temen que los costes asociados a la digitalización no se traduzcan en beneficios inmediatos, reforzando así su inercia hacia el cambio.

Ahora bien, estas barreras no deben justificar su inacción. Adaptarse requiere esfuerzo, pero los beneficios a largo plazo –como el ahorro de tiempo, la mejora en la eficiencia operativa y una mayor capacidad de competir en mercados más amplios– hacen que valga la pena. Y si seguimos por este camino, España corre el riesgo de convertirse en un país con empresas desfasadas, incapaces de competir en un mercado que exige agilidad e innovación. Por lo tanto, la transformación digital no es una opción, sino una necesidad. Es hora de que las pymes den un paso hacia delante, dejando atrás la apatía y empezando a actuar de manera activa, porque su futuro –y, en última instancia, el de nuestra economía– depende de su capacidad para abrazar el cambio tecnológico.

La sección Rincón Pymes by Hiscox se ha publicado en el nº de diciembre de la revista Aseguranza.